lunes, diciembre 17, 2007

DIEZ AÑOS DISFRUTANDO DEL COMIC EN A CORUÑA (II). YOSHIHIRO TATSUMI.

En mi anterior artículo sobre el festival "Viñetas desde o Atlántico" destacaba la importancia del colorista mosaico de autores que los responsables del evento habían logrado convocar este año en A Coruña. Si lograr tal nivel de calidad era un desafío, traer a un importante autor japonés lo era todavía más. Por eso, cuando el señor Tatsumi accedió a obsequiarnos con su presencia en el salón del comic coruñés, los organizadores del evento no acababan de creérselo. Las palabras de Miguel Anxo Prado lo ilustran a la perfección: "Traer a Tatsumi fue un sueño".

Mujeres, de Yoshihiro Tatsumi.


UN ICONO DEL COMIC MUNDIAL AL ALCANCE DE TODOS.

Es la primera vez que lo veo en persona y en apenas 5 minutos ya me ha causado una gran impresión. Yoshihiro Tatsumi está sentado detrás de una enorme mesa y soporta con tranquilidad, humildad y gesto agradecido una considerable cola de gente que quiere un autógrafo del maestro. Allí estoy yo, entre este grupo de curiosos, admiradores y amantes del comic, apretando entre mis dedos inquietos un ejemplar de Mujeres. Llama poderosamente la atención su indumentaria, que refleja fielmente la fusión de las culturas oriental y occidental: deportivas blancas de marca en sus pies, una sencilla camisa clara insinuada bajo un kimono que lo envuelve casi por completo y, en su cabeza, un divertido gorro que jamás podría combinar con el resto de la ropa. La firma de cada ejemplar es un pequeño ritual que comienza cuando el autor revisa su obra en busca de una referencia pictórica adecuada; con gran destreza, el maestro echa mano de su juego de rotuladores rojos, negros, azules y verdes y elabora con cuidado exquisito una ilustración minuciosa y bella relacionada con la obra que sostiene en sus manos. Tras rematar el dibujo con una delicada firma, Tatsumi devuelve este libro (ahora único y exclusivo) a su propietario con una respetuosa y vehemente inclinación de cabeza y un agradecimiento fervoroso, amable y sincero.

Yoshihiro Tatsumi firmando ejemplares en Viñetas Desde O Atlántico.

Llega mi turno y no puedo evitarlo: sigo hipnotizado cada uno de sus trazos, intrigado por el dibujo que me va a dedicar. Encantado con el resultado y emocionado por el gesto, inclino torpemente la cabeza y le respondo con mi mejor sonrisa y un apenas audible "muchísimas gracias".


¿QUIÉN ES YOSHIHIRO TATSUMI?. PRIMEROS TRABAJOS EN JAPÓN. LA INFLUENCIA DEL MAESTRO OSAMU TEZUKA.

Yoshihiro Tatsumi nació en Osaka el año 1935. Así, a la edad de 10 años, el futuro mangaka fue testigo de la derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial, un hecho que marcaría su obra posterior en publicaciones como Good-Bye, un conjunto de historias cortas que abordan de forma realista el clima de devastación causado por la guerra en su país.

Good-Bye, de Yoshihiro Tatsumi.

Durante la conferencia que siguió a la sesión de firmas, y con la inestimable ayuda de una traductora, Tatsumi nos contó algunas cosas sobre sus comienzos en el mundo del manga, su relación con Osamu Tezuka y la evolución de su obra. Todo comenzó con una simpática frase: "Hola, ¿cómo estáis?. Soy Tatsumi".

En la opinión de Tatsumi, Tezuka fue "el primero en dotar de historia a los mangas".
Su primer contacto con la obra del maestro Osamu Tezuka ocurrió a la edad de 12 años y le emocionó tanto que empezó a dibujar. Con 15 años, Tatsumi seguía siendo un gran fan del maestro y fue a esta edad precisamente cuando tuvo la oportunidad de conocerlo en persona: el joven Tatsumi acababa de ganar un premio de una editorial japonesa y, durante la ceremonia, le presentaron a Osamu Tezuka. Con palabras que destilaban buenos recuerdos, Tatsumi nos contó cuan grande fue su emoción al tener a su ídolo ante sus ojos y ver en el periódico, al día siguiente, las fotos en las que salían juntos. Tal vez fue debido a la emoción, pero el caso es que Tatsumi afirmó no recordar lo que habló con él en aquella ocasión.

Posteriormente, Tezuka se mantuvo en contacto con él y, llegado el momento, le aconsejó que dibujara una obra larga (la que más tarde sería su primera obra publicada por una editorial).
Pero llegó un día en que el maestro se mudó de Osaka a Tokyo y, a partir de ese momento, el contacto entre ambos genios del manga se vería bastante limitado.


NACE UN FORMATO MÁS ADULTO: EL GEKIGA.

Llegaría un momento en que Tatsumi y otros mangakas visionarios de la época establecerían un estilo de historias más serias y adultas que las que se publicaban en el Japón de aquellos tiempos y lo harían luchando contra viento y marea (algunos colegas de Tatsumi tuvieron contratiempos con la policía debido a sus obras). Para comprender la necesidad de ese cambio, Tatsumi nos ilustró con un ejemplo de lo más pintoresco: "En los mangas de la época, si se le cortaba la cabeza a un samurai nunca salía sangre y, pocas viñetas después, los demás personajes de la historia decían: 'ojalá siga vivo' ".

En 1957 Japón comienza a recuperarse de la crisis generada por la Segunda Guerra Mundial y aparece un boom económico. En este momento, un joven Yoshihiro Tatsumi de 20 años comienza a publicar junto con otros autores de la época revistas más serias, más adultas y de formato más grande que el habitual (es decir, con mayor número de páginas), surgiendo así un estilo de manga más adulto que pronto empezaría a conocerse como gekiga.

Tatsumi no duda un segundo al mencionar el cine italiano y francés de la época como una fuente de inspiración para el gekiga. Al Japón de los años '60 llegaba mucho cine americano, italiano y francés. Mientras que en las películas americanas "el final suele ser feliz y ganan los buenos", el cine italiano y el francés es más pesimista y realista y "no siempre tiene un final feliz", un denominador común con las obras que Tatsumi y sus colegas escribían durante esos años.

Una evolución natural que surgió en el movimiento gekiga fue la reducción paulatina del texto, de modo que la acción pasa a ser más visual: el dibujo explica la práctica totalidad de la historia y los personajes transmiten sus sentimientos al espectador a través de sus miradas silenciosas. Así, el gekiga se estabeció desde el comienzo como una necesidad vital para los propulsores de este movimiento underground: una bella forma de exteriorizar los sentimientos de dolor, tristeza y pobreza que inundaron Japón tras el mayor conflicto bélico de la historia, la Segunda Guerra Mundial.


LA OBRA DE TATSUMI EN UN CONTEXTO INTERNACIONAL.

Érase una vez un ciudadano japonés asentado en Suiza que decidió presentar la cultura japonesa que tanto amaba a otros países. Para llevar a cabo esta labor, escogió el manga como representante artístico. Así, este hombre contactó con Tatsumi para publicar su obra en Suiza a través de la revista Le Cri Qui Tue. A raíz de esta publicación, Josep Berenguer se puso en contacto con Tatsumi para intentar publicar su obra en la revista española El Víbora. Inicialmente, Tatsumi declinó la oferta pero, ante tamaña insistencia, finalmente aceptó.

Es así como, durante los años '80, llega a España por primera vez una historia de Yoshihiro Tatsumi. Esta historia, Good-Bye (hoy editada en un álbum), acabaría publicándose en el número 5 de la revista El Víbora.

Existe un tomo llamado Qué triste es la vida que recopila todas las historias de Tatsumi publicadas hasta aquel momento en El Víbora.

The Push Man & other stories, el primero de una serie de recopilatorios que se están editando actualmente en USA.

Para editar en otros países, a Tatsumi le pedían los dibujos originales y no se los devolvían. Por esta razón, se conservan pocos originales de esa época y los editores se ven ante la necesidad de escanear los dibujos a partir de revistas antiguas para hacer las nuevas ediciones.

Por desgracia, este maltrato al maestro del gekiga continúa hoy en día en países como China y Corea, donde se siguen sin respetar los derechos de autor. Así, en muchos países todavía se publican ilegalmente las obras de Yoshihiro Tatsumi.

A lo largo de 2004 se editan cinco álbumes de Yoshihiro Tatsumi en España. El autor, nos dijo que no comprendía esta especie de moda surgida recientemente en torno a su obra en nuestro país, pero recalcó que probablemente internet tendría algo que ver.

Tres de estos álbumes (Good-Bye, Infierno y Mujeres) los edita La Cúpula, siguiendo el orden de lectura occidental; mientras que los otros dos (Venga, Saca Las Joyas y La Gran Revelación) corren a cargo de la editorial Ponent Mon, que los saca a la venta en formato de lectura oriental (de derecha a izquierda).


Para finalizar mi crónica, quiero recalcar la magnética personalidad de este maestro del manga y su enorme humildad, respeto y amabilidad. Existen pocos autores de este calibre en el mundo y me siento muy afortunado por haber estado allí para aprender de sus palabras y disfrutar de su presencia. Además, Yoshihiro Tatsumi firmó mi ejemplar de Mujeres y me hizo un dibujo realmente chulo. ¡Todo un lujo y una oportunidad única en la vida!.

Espero sinceramente que os haya gustado la crónica y que el año que viene os animéis a visitar el Salón del comic Viñetas desde O Atlántico aquí en A Coruña. Desde luego, yo procuraré no faltar a la cita y, quién sabe, tal vez nos veamos por allí. Ya me contaréis :-)

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