Recuerdo con cariño la primera vez que vi El Rey Pescador, devorando palomitas ante la enorme pantalla del que era mi cine habitual y sin tener muy claro qué tipo de película me habían llevado a ver. Recuerdo el fantástico sentido visual de ese monstruo infravalorado del cine que es Terry Gilliam. Recuerdo emocionado la magnífica historia y las grandes actuaciones de Jeff Bridges (uno de los mejores papeles en su carrera) y Robin Williams. Recuerdos...
Cuando me enteré de su publicación en DVD hace un par de años, corrí a comprarla. Tras tanto tiempo necesitaba verla de nuevo y comprobar si un nuevo visionado de la película haría justicia a las imágenes alojadas en mi memoria. Llegué a mi casa lo antes posible; arranqué, inquieto, el fino envoltorio de plástico que cubría la caja e introduje el DVD en el lector. Un par de horas después tenía la respuesta a mi duda: la película estaba a la altura de mis idealizados recuerdos.
De entre toda la filmografía de Terry Gilliam, ésta es mi película favorita. Haciendo uso de su gran angular y un estilo muy propio cargado de expresionismo visual, este mago es capaz de contar una fábula moderna mezclando en sus personajes histrionismo y drama (ese fantástico Robin Williams) y dejando siempre patente su gran sensibilidad.
Fama, poder, dolor, tristeza, locura, bondad, egoísmo, amor y liberación son los ingredientes principales en esta historia sobre dos hombres destruídos, unidos dolorosamente por un destino caprichoso, que buscan la salvación (aquí representada como un inalcanzable objeto mítico: el Grial) el uno en el otro.
Este cuento urbano comienza como relato curioso de gran poder visual y, tras atrapar al espectador cómplice, acaba siendo cine mágico, evocador y mayúsculo. Un auténtico regalo para la mente y el alma.
Otros enlaces recomendados:
El Rey Pescador en FilmAffinity.
La Divina Locura de Terry Gilliam en Squidoo (en inglés).
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