miércoles, mayo 10, 2006

ATANDO CABOS. EL MEJOR HALLSTRÖM.

"Sorprendente" es un adjetivo bastante adecuado para definir la trayectoria cinematográfica del (incomprensiblemente) infravalorado director sueco Lasse Hallström, padre de películas como A quién ama Gilbert Grape, Las normas de la casa de la sidra, Chocolat, Atando Cabos y las recientes Una vida por delante y Casanova.
Un denominador común en muchos de sus proyectos es la revitalizante originalidad con la que el realizador enfoca las historias, con un desarrollo formal inundado de un cierto realismo mágico (que se presenta refinado, lejos de la hipérbole) y una cotidianidad cuya mayor virtud es la de no aburrir al espectador.

Atando Cabos (The Shipping News) es una película con alma independiente y vocacional, donde los dos aspectos de mayor importancia son el hecho de contar una historia y la (cuidada) forma en que ésta es abordada, con una factura intachable.

Encabeza el casting un Kevin Spacey (La vida de David Gale) en estado de gracia, arropado por las siempre eficientes Judi Dench (Orgullo y Prejuicio) y Julianne Moore (Misteriosa Obsesión), con interesantes papeles de secundarios como Cate Blanchett (El Aviador) Pete Postlethwaite (El Jardinero Fiel) y Rhys Ifans (a muchos les costará reconocer aquí al bizarro compañero de Hugh Grant en Notting Hill).

El film nos cuenta la historia de un traumatizado hombre (Kevin Spacey) con buen corazón pero sin rumbo, un perdedor nato que lleva una existencia pausada y sin sentido, hasta que un trágico suceso (no revelaré en qué consiste esta trama inicial; la gracia está en que el espectador lo descubra) le obliga a viajar a Terranova, la tierra de la que procede su familia y que él jamás ha pisado. Las nuevas circunstancias a las que deberá enfrentarse conducirán a un profundo cambio en su ser.

En definitiva, una buena película, de esas que sorprenden al espectador con una experiencia insólitamente agradable.

2 comentarios:

Xiana dijo...

Me gustó mucho esta película. También me llamó la atención Las Normas de la Casa de la Sidra. Es de ese cine que da gusto ver, lo que demuestra que no son necesarias las persecuciones de coches para pasarlo bien.

Gabriel M. dijo...

Ni los enormes presupuestos de producciones fastuosas para hacer una gran película...