lunes, mayo 05, 2008

MÚSICA DE MI ALMA...



Cansado de la vida, sin rumbo fijo, perdido en el limbo de la soledad y el amor desvanecido, Deckard toca una y otra vez una nota, una sola nota... un anacronismo, lo que pudo ser y no fue... un preludio a la ensoñación. Un juego cruel de dolor autoinfligido, diez mil imágenes de tiempos mejores sobre el piano... recuerdos que nunca fueron suyos, una copa de whisky y lágrimas medio vacía, el eco absurdo de una vida abismal perpetuándose en sus oídos.

Cuántas veces me he sentado ante mi piano y, creando tristes melodías al ritmo de la lluvia, he esperado ese momento de claridad, ese sueño absurdo... ese unicornio blanco... perdido en la oscuridad de una vida destrozada, mi mente repleta de imágenes que fueron mis recuerdos pero ya no lo son, queriendo soñar sin poder alcanzar el objeto de mis sueños... teniendo miedo de que el sueño llegue y no pueda atraparlo ni recordarlo al despertar. Nadie recordará esas melodías, pues no son más que mis sueños: lo que pudo ser y no fue. Pero, tal vez, ese sea el sentido de la vida: esperar, admirando la belleza que hay en cada nota, aún en las más tristes, que el sueño nos encuentre... soñar con ese unicornio blanco inalcanzable que tal vez esconda el significado de lo que más nos inquieta: el amor, la muerte, la pérdida y el encuentro, el dolor y la esperanza.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Y la duda quedará siempre en el aire... ¿es esto un mensaje de ilusión o de desesperanza?

Gabriel M. dijo...

Este mensaje es una parte de mí mismo y lo he compartido con vosotros para daros algo un poco más personal que lo que suelo escribir...

Lo único que importa de este mensaje es cómo se siente cada uno de vosotros al leerlo y me gustaría de todo corazón que logre transmitiros algo de ilusión. La forma en que yo me encuentro al sentirlo y escribirlo, ilusionado o desesperanzado, no es importante más que para mí y para la gente que piensa en mi... es una parte de mis sueños, de las melodías que creo y toco cada noche ante mi piano, del dolor y la alegría de vivir, aún cuando en ocasiones resulte difícil discernir entre ambas cosas...

Senney dijo...

¡Hola!

Navegando por la red de blogs, mirando qué perfiles tenían algo en común con el mío, he encontrado el tuyo y me ha llamado la atención. Así que digo... ¡echemos un vistazo al blog! Y vaya, me ha impresionado y gustado.
Voy a pasarme de vez en cuando si no te importa. Y si tengo algo que decir, dejaré un comentario. ;-P

¡Hasta la próxima!
Senney T.

Gabriel M. dijo...

Hola, Judit y bienvenida a mi pequeño trocito de internet :-)

¡Muchas gracias por tu comentario! Me alegra mucho que te guste mi blog. Me siento halagado ;-). Pásate por aquí siempre que quieras y, por favor, no dudes nunca en hacer comentarios.

¡Hasta pronto!