martes, febrero 13, 2007

ECLIPSE TOTAL (DOLORES CLAIBORNE). MUERTE, MISTERIO Y UN ECLIPSE DE SOL.

Basada en un libro de Stephen King, Dolores Claiborne es un thriller cargado de suspense en el que nada es lo que parece. Selena (Jennifer Jason Leigh) es una joven y prometedora periodista con una vida personal y laboral repleta de sombras. Cuando recibe la noticia de que su madre Dolores (Kathy Bates) ha sido acusada de asesinato, regresa a su pueblo natal para reencontrarse con un pasado tenebroso, lleno de dolor y misterio, en el que otra muerte y un eclipse total de sol guardan un secreto inesperado.


El film cuenta también con la presencia de un joven John C. Reilly, el mítico Christopher Plummer y un irreconocible David Strathairn, en un papel muy diferente de su reciente Edward Murrow en Buenas Noches Y Buena Suerte.

La partitura de Danny Elfman resulta perfecta para la atmósfera gris y deprimente que envuelve las vidas de estas dos misteriosas mujeres aunque la película destaca más por su sorprendente tratamiento visual. Aunque, al comienzo del film, se abusa un poco del fundido progresivo de planos para la transición entre escenas, a la larga resulta ser un recurso visual imprescindible en momentos muy señalados. A lo largo del metraje, la paleta de colores está muy reducida y, junto a una iluminación muy característica, contribuye a reforzar el ambiente gris, tenso e inquietante que acaba siendo un protagonista más de la historia. Esto contrasta de forma brutal con la magistral escena del eclipse: onírica, colorista y terriblemente hermosa, quedará grabada en vuestra memoria durante muchos años (os lo aseguro).

Hay tres escenas más que merecen una mención especial: el plano de Kathy Bates rompiendo la ventana de su casa, la perturbadora escena en que Selena se mira en el espejo a bordo del ferry (casi al final de la película) y ese sorprendente y atrevido plano crepuscular con el cielo pintado de color rojo sangre... Se trata de recursos visuales totalmente inesperados y que refuerzan el crecimiento de un sentimiento concreto en el espectador a lo largo del film.

Ojalá el libro fuera tan bueno como este ejercicio visual sin precedentes, dominado desde el primer momento por las fantásticas actuaciones de Kathy Bates y Jennifer Jason Leigh.

Altamente recomendable
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