SONATA ARCTICA Y SU RECKONING NIGHT.
Si hay una banda que no se estanca y pretende reinventarse con cada disco (pero siendo fiel a su esencia) ésa es sin duda la liderada por Toni Kakko. En su nuevo álbum, los fineses nos regalan temas tan potentes y directos como Don't Say A Word, otros peculiares y con una estética formal de impresión (The boy who wanted to be a real puppett se lleva la palma) y también composiciones enormemente trabajadas (White Pearl, Black Oceans y la más cañera Wildfire).
Tras escuchar muchas veces el disco, sigo sorprendiéndome con el segundo tema, Blinded no more, con un cierto aire de heavy clásico (genial la inclusión del Órgano Hammond, instrumento "recuperado" hace un par de años en discos como Chapters from a vale forlorn de Falconer).
Esta canción resulta enormemente original y atípica respecto al resto de la discografía del grupo.
Los cambios a los que se ha visto abocada la banda en los últimos tiempos (el cambio de discográfica desde Spinefarm a Nuclear Blast y la deserción del teclista Mikko Harkin) no parecen haber tenido una repercusión negativa en la banda, sino más bien lo contrario: los nuevos aires a veces sientan genial.
A pesar de que este álbum me parece fantástico, si me hicieran escoger el más representativo de la banda, me quedaría con Silence (2001), genial de principio a fin.
Si hay una banda que no se estanca y pretende reinventarse con cada disco (pero siendo fiel a su esencia) ésa es sin duda la liderada por Toni Kakko. En su nuevo álbum, los fineses nos regalan temas tan potentes y directos como Don't Say A Word, otros peculiares y con una estética formal de impresión (The boy who wanted to be a real puppett se lleva la palma) y también composiciones enormemente trabajadas (White Pearl, Black Oceans y la más cañera Wildfire).Tras escuchar muchas veces el disco, sigo sorprendiéndome con el segundo tema, Blinded no more, con un cierto aire de heavy clásico (genial la inclusión del Órgano Hammond, instrumento "recuperado" hace un par de años en discos como Chapters from a vale forlorn de Falconer).
Esta canción resulta enormemente original y atípica respecto al resto de la discografía del grupo.
Los cambios a los que se ha visto abocada la banda en los últimos tiempos (el cambio de discográfica desde Spinefarm a Nuclear Blast y la deserción del teclista Mikko Harkin) no parecen haber tenido una repercusión negativa en la banda, sino más bien lo contrario: los nuevos aires a veces sientan genial.
A pesar de que este álbum me parece fantástico, si me hicieran escoger el más representativo de la banda, me quedaría con Silence (2001), genial de principio a fin.
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